-Que pase el acusado...
Dos guardias megamamados, como de dos metros y con cara de "Tepartotumadre" conducen a empellones a Adalid Mummab antes conde de Cienfuegos y lo sientan, junto a su abogada regordeta asignada por el gobierno, ya que Mummab se opuso a contratar un abogado para sí mismo. El abogado de la parte acusadora, un hombre cadavérico de gruesos espejuelos precariamente equilibrados en la punta de la aguileña nariz, lo apunta con su dedo huesudo.
-Ese hombre que ustedes ven ahí sentado, con su traje caro de diseñador y que no se atreve a dar la cara que esconde tras esos lentes oscuros... Ese hombre tan pulcro y fino es capaz de cometer las peores atrocidades, crímenes inimaginables y peores abominaciones...
- Objeción!- exclama la gorda metida en un apretado traje sastre gris... Mummab, le tira de la manga obligándola a sentarse nuevamente. Enciende un habano.
-Pido al jurado- dijo el abogadillo flaco, -Que se sirva a analizar las siguientes imágenes, a discreción, ya que pueden ser bastante estremecedoras.-
Al mismo tiempo que repartió unas carpetas con las fotos, estas fueron proyectadas en una pantalla al frente del estrado. Eran verdaderamente desagradables, pero los morbosos miembros del jurado, todos miembros de la alta y respetable sociedad, cuyas fortunas venían de los réditos de la industria, intercambiaban las fotos como si de tazos o tarjetas de beisbol se tratara. En ellas podía apreciarse, con lujo de detalles, el cadàver de una mujer de unos sesenta años tendida en la plancha de una morgue. Luego venian acercamientos de su cabeza, o de lo que quedaba de ella... puesto que el lado izquierdo del cráneo se encontraba totalmente destrozado. En el lado derecho del rostro podía verse una quemadura de tercer grado, de forma triangular que abarcaba toda la cara de la anciana. Además presentaba múltiples moretones y excoriaciones en todo el cuerpo.
-Llamo al estrado a declarar a María de la Cruz Domínguez... Hija de la ahora occisa.- Pidió el fiscal de distrito.
Una mujer menuda subió al estrado y se sentó en el banquillo, se le hizo jurar sobre una biblia y después sobre la constitución.
-Sé que es difícil para usted, pero por favor nárrenos con todo detalle lo que ocurrió esa tarde.-
La testigo, vestida de negro por el luto guardado a su progenitora, comenzó entre sollozos.
- Mi madre y yo trabajábamos en el staff de servicio de este maldito (refiriéndose a Mummab). Ella se encargaba de las cosas inherentes a la ropa, yo era cocinera. Esa tarde, mientras preparaba un banquete para una cena que se ofrecería en la mansión de Mummab, escuché gritos que se oían desde la segunda planta. Reconocí una de las voces como la de mi madre, por lo que subí a ver que sucedía. Estaban en el cuarto de planchado. Cuando llegué, encontré a este salvaje sosteniendo de los cabellos a mi mamá, mientras le gritaba en la cara. De repente tomó la plancha que mi madre había estado usando y se la pegó en el rostro (Mummab se mantenía impávido en su asiento, mientras la gorda jugaba nerviosamente con sus plumas) Después la lanzó contra la pared, y volviéndola a tomar de los cabellos golpeó una y otra vez contra el suelo. Mi madre quedó inmovil en el suelo y el tipo la pateó en el estómago y las piernas. Traté de detenerlo pero a mí también...-
Al decir esto se quitó la mascada que usaba a manera de pañoleta, y el jurado pudo observar una quemadura parecida a la del cadáver. La testigo explotó en llanto, y el fiscal le pidió que se retirara.
-Creo- intervino el abogado -Que no es necesario mayor testimonio.-
El juez acomodó sus anteojos y mirando severamente a Mummab le preguntó.
-¿Como se declara ante los hechos, señor Adalid Mummab?-
Mummab apagó su puro, y quitándose los lentes oscuros por primera vez durante toda la audiencia, miró fijamente al juez, no sin antes lanzarle una mirada retadora a María de la Cruz y a su abogaducho y dijo:
-Culpable, su señoría.-
Los miembros del jurado cuchichearon entre sí. Volvían a mirar y a intercambiar las fotografías.
La gorda se levantó y llamó al juez.
-Su señoría, queremos que antes de que se dicte la sentencia se escuche la declaración del conde Mummab.-
-Pero si ya se ha declarado culpable...-
-Tal vez existan algunas atenuantes...-
-Ok, ok... está bien... Rápido, que quiero llegar a comer a mi casa...-
-Llamo al estrado a declarar al señor Adalid Mummab, antes conde de Cienfuegos y Aspacúccoli.-
Mummab subió, volviéndose a poner sus anteojos en el trayecto y se sentó en el banquillo, acomodando los faldones de su saco y la valenciana de su pantalón.
-¿Tiene usted algo que alegar, señor Mummab?- preguntó severo el Juez.
-Sí, su señoría.- Dijo Mummab, haciendo unas comillas imaginarias con los dedos cuando dijo "Su señoría". El Juez vio con malos ojos esta insolencia y respondió:
-¿Y que alegará, señor?, ¿Locura o retraso mental?.-
-Alegaré legítima defensa.-
Otra vez murmullos y algunas risillas mal disimuladas en el jurado. El juez, exasperado, y viendo alejarse la posibilidad de comer en su casa, apresuró a Mummab.
-Empiece de una vez.-
-Recuerdo esa tarde- dijo Mummab mientras se arrellanaba en el sillón que le habían puesto en vez del banquillo. -Efectivamente se ofrecería un banquete esa noche en mi casa, con motivo de mi cumpleaños señor. La cena sería de carácter informal, "su señoría", por lo que seleccíoné un outfit adecuado... Un bonito blazer color caramelo sobre el cual llevaría un saco de ternera con algunos detalles de terciopelo. Usted sabe señor juez, que uno quiere que estas ocasiones sean memorables, por lo que se cuida hasta el último0 detalle. Le ordené a Elena que tuviera limpia y planchada mi elección para esa noche. Una hora antes de que llegaran mis invitados, "su señoría", Elena me buscó para decirme que el terciopelo de mi chaqueta se había arruinado. No puedo negar que me sobresalté un poco... Incluso tal vez levanté la voz. Pero la pérdida de una chaqueta no me inquietaba, señor. No soy para nada materialista, ni mucho menos superficial. Le pedí a Elena que no se preocupara más y que tuviera listo el resto de la ropa. Fui a mi sesión de masoterapia y tomé un baño. Estaba vistiéndome, cuando ví que los jenas que elegí para la noche, los cuales por cierto fueron regalo de un amigo mío... el señor Cavalli, no estaban ahí todavía. Tratando de controlarme pero alterado, fui a buscar a Elena. Ella estaba planchando otras cosas, y mi pantalón estaba ya planchado... y no sabe de que manera señor juez... Adela, por favor.- Mummab hizo una seña a la abogada obesa, quien igual que el abogado de tercera hiciera antes, repartió sobres con fotografías y proyectó sobre la pared unas imágenes.
Todos se estremecieron terriblemente al contemplar aquellas fotografías. El juez no pudo evitar un gesto de repulsión ante aquello que se revelaba frente a sus ojos. Una dama del jurado se desvaneció en medio de un suspiro ahogado, y otra no logró contener una lágrima. Los caballeros desaprobaban lo que veían.
-Así es señor juez. Esa perra malnacida, perversa.- Y esta vez tocó a Mummab el contener el llanto. -Le marcó una raya en medio a mis jeans. Por eso, su señoría...- Y se olvidó esta vez de hacer las comillas. -Y sólo por eso hice lo que ustedes vieron.-
El juez miró desafiante a María de la Cruz, y sólo entonces notó que sus lentes negros eran piratas, y miró a su abogado, y sólo entonces se percató de que su traje era de poliéster.
-Señores del jurado, sólo por respetar el protocolo, les daré cinco minutos para deliberar. Pero creo que este caso está resuelto.-
...Mummab fué declarado inocente...
...Adela renunció a trabajar para el gobierno y se desempeña como una exitosa penalista...
...El abogado acusador vio hundirse su carrera, y terminó como jardinero de Mummab...
...María de la Cruz fue condenada a sesenta años de prisión por asociación delictuosa en crímenes contra la moda...
1 comentario:
pues bueno..no he leido su post..pero opinare de los fucking oscars,
para mi este año fue uno de los años mas justos, ganaron quienes deberian ganar, al laberinto le dieron 3 premios, que importa el de pelicula extranjera, esos premios son un mensaje de que del toro ya entro como se le hincharon los webos a hollywood y ellos estan gustosos de que asi sea,hasta le ponen el culito parado, por que es un cineasta que sabe combinar lo comercial con lo artistico, no es el caso el de iñarritu, me dio gusto verle su cara de envidia a del toro, pensando que el era el mejor,aja,jajaja, pobre pseudointelectual endejo,en mejor pelicula hubiera preferido little miss sunshine, pero the departed esta bien, el de scorserce, se lo merecia,helen mirren, forest whitaker,alan arkin..todos los mejores de su categoria, menos la negra(gorda) modelo, si de premiar a una debutante, ahi estaba la niñita cachetona de abigail breslin, e incluso se lo hubiera dado a rinku kikuchi de babel, es la que levanta esa basofia cuando se encuera, ademas esta wenona,jajaja..salu2 señor!!!regresare a leer su post y dejar otro fucking comment(mamon yo)
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