sábado, septiembre 8

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Estoy borracho.

Mucho.

No es algo de lo que me sienta orgulloso y venga aquí a presumir, tampoco es algo de lo que me averguence, y trate de ocultar.

Creo que ese es mi problema. Me he negado a vivir en los extremos. No quiero ser un intelectual pretencioso jurando que no sabe quien es Daniel Bisogno, No quiero ser un pendejo que considera a López Dóriga un semidios de la verdad.

No quiero creer que mi gusto musical es exquisito y no niego estúpidamente el éxito de RBD, pero tampoco tolero una sóla canción de Los Tucanes de Tijuana ni Los Temerarios.

No quiero ser un mamón elitista que pisa al resto de la humanidad, pero tampoco quiero pasar la vida culpando al gobierno de mi desempleo, de mi necedad y de mi incompetencia.

Creo que quien usa drogas tiene problemas, y que la manera más imbécil de evadirlos es usar drogas. Creo que hay quien usa drogas para experimentar y saber que se siente, y creo que son más imbéciles aún. He usado muchas drogas, muchas veces.

Creo que la amistad (ojo) es el sentimiento más noble y desinteresado, y creo firmemente que mi único amigo es un verdadero hijo de puta.

Creo que quien se queda a su casa a llorar por la tarde, mientras se corta las venas y adora a Satán es ligeramente más idiota que quien besa su medalla de la vírgen de Guadalupe y socializa todas las tardes en una tertulia post-oficina en el Sanborns.

No creo en que Monsiváis sea un líder de opinión, creo que Bush está loco (no en manera de insulto, sino en manera de diagnóstico psiquiátrico). El subcomandante Marcos es la peor mamada de la historia mexicana, sólo por debajo de Zapata.

Creo que Calderón no ganó las elecciones. Creo que Obrador hubiera sido el peor presidente que hubiéramos tenido. Creo que el PRI está muerto, que es la mierda que atora el país.

Creo que Niurka es una puta, pero que está bien buena. Que Amy Winehouse es una adicta, pero que está bien buena.

Creo que Jared Leto es puto, pero que está bien bueno, que Josh Hartnett es un mamóncísimo, pero que está igual de bueno.

Creo que es una pendejada pasarse la vida en la universidad para lograr un estatus de vida prediseñado. Creo que es una estupidez abandonar los estudios para pasártela en trabajos mediocres el resto de tu vida.

Creo que debes respetar a tus padres, que la gratitud es un valor importantísimo, y que te dieron la vida, pero creo también, que si tuvieran oportunidad te sacarían las ojos, y que vuelcan sus frustraciones sobre tí.

No creo tener una novia de manita sudada, en llevarla al cine y conservar la virginidad hasta el matrimonio. No creo en una relación basada en el sexo, sin conexión intelectual.

Citizen Kane me aburre y American Pie es una babosada. No puedo escuchar más de veinte minutos a Radiohead, pero puedo pasar toda la noche bailando cumbias aunque al día siguiente no pueda caminar por las reumas.

Creo que es una pendejada abstenerte del sexo, el alcohol y las drogas para vivir cien años aburridos.

Creo que es una pendejada morirte a los treinta de SIDA, o de una sobredosis.

Creo que la familia pequeña vive mejor, pero quiero tener muchos hijos.

Planear es lo peor que existe, y es inconcebible hacer las cosas a lo pendejo.

No quiero que alguien me obligue a cortarme el cabello, pero creo que un médico debe llevarlo corto.

Creo que los médicos son mamones, ególatras, con pedos internos cabronsísimos, la mayoría de ellos frustrados y sin ningún tipo de vida emocional. Creo que las estrellas de rock son exactamente igual. Sé que si no hubiera sido médico, hubiera sido una estrella de rock.

No creo en Dios, no creo en el hombre, ni en el destino, ni en el karma ni en la justicia, no creo en la inmortalidad, no creo en el estado de derecho.

Creo en los fantasmas, en la vida después de la muerte, en los hechos sobrenaturales y en la ouija. Me encantaría creer en los vampiros y los hombres lobo. Pero sobre todo creo en los esqueletos bajo la cama.

Creo en la lengua como medio, pero cerca estoy de ser mudo.

Disfruto enormemente de mi soledad, puedo pasar días enteros sin hablar con un ser humano, y me da un enorme miedo que encuentren mi cadáver tres días después de mi muerte.

Me molesta que la gente preste demasiada atención a los detalles inútiles, pero no tolero una falta de ortografía.

A mis veintitrés años, he sufrido más dolor físico, más estrés emocional y más expectativas sobre mí que el que la mayor parte de las personas experimentan en toda su vida, no creo que eso me haga más grande, ni mejor, ni más admirable.

A mis veintitrés años, sigo viviendo en la casa de mi madre, no tengo un trabajo, y no lo tendré en mucho tiempo, vivo cómodamente sin ningún esfuerzo y no creo que eso mehaga menos, peor, ni más despreciable.

Me he pasado la vida rechazando los extremos, y evadiendo la mediocridad... Entonces, si no estoy en medio, ni de un lado ni de otro, ni arriba ni abajo... No sé donde putas estoy, y es entonces cuando vengo aquí a hablar de mis cosas, y a decir mis intimidades.

Vengo a que violen mi pudor. A publicar mi diario escondido bajo mi almohada. Si alguien ha sentido compasión, por favor ya no regrese. Si alguien ha sentido lástima, por favor ya no regrese, si alguien ha sentido admiración, por favor ya no regrese.

Sólo me presento aquí, no soy materia dispuesta, no me den consejos... No voy a escucharlos.


Sé que no estoy bien, pero así quiero estar.

3 comentarios:

Jøëy dijo...

Solo paso a leer y saludar...

Ay nos vemos!!!

Manuel dijo...

Almenos aun queda San pascualito.

Omarcin dijo...

Pues me fascino el post, la neta me gusto, siento como si ubieras fumado mota jajajaja. Si quieres me quedo y si pos me voy total

Besos papi.